Dr. Osvaldo Iribarren Brown, nuevo Decano de la Facultad de Medicina UCN
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“Tenemos un compromiso social con la región de Coquimbo”
Oriundo de la ciudad de Valdivia, el Dr. Osvaldo Iribarren Brown conoce lo que significa vivir en regiones. Es que como Médico y Especialista en Cirugía de la Universidad Austral de Chile, ha trabajado en el sur y norte de nuestro país.
Con especializaciones en Brasil, Estados Unidos y España, en 1998 llegó a Coquimbo, iniciando una fructífera labor profesional en el Hospital San Pablo de Coquimbo, lugar en el que se desempeña hasta hoy en Cirugía General y en las subespecialidades de Cirugía Plástica, Cirugía avanzada de Cabeza y Cuello, Cirugía Oncológica y Epidemiología Clínica. Además, decide llevar su compromiso social más allá de lo médico, ejerciendo como Seremi de Salud de la región de Coquimbo durante 3 años. Y tal impacto ha generado su trabajo, que el pasado 5 de mayo fue distinguido como Ciudadano Ilustre por el municipio coquimbano, en reconocimiento a su trabajo con la comunidad local.
En el año 2002 es invitado a participar de la creación de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica del Norte. “Me enamoré de ese proyecto y, desde entonces, participé en todo lo que he podido: docencia, investigación y gestión académica”, recuerda. También ha sido director del Departamento de Clínicas y jefe del Programa de Postítulo de Cirugía General.
En relación a su decisión de asumir el mando de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte (FAMED-UCN), se confiesa: “Sinceramente no estaba en mis planes; no obstante, muchos profesores me hicieron ver la conveniencia de asumir esa responsabilidad. La maduré, la decidí y siento que la gente entendió la ¿invitación? que estoy haciendo porque esta Facultad tiene más de 15 años, ya adquirió madurez, tiene un prestigio sólidamente ganado en el mundo universitario de todo Chile, entonces, después de 45 años de profesión, siento que estoy perfectamente maduro para enfrentar este desafío y llevar a la Facultad de Medicina más adelante”.
Y a poco más de mes de haber asumido el desafío que representa ser el líder de la formación de profesionales de la salud del Norte de nuestro país, el Dr. Osvaldo Iribarren nos relata cuáles son sus principales objetivos y cómo proyecta su labor durante los próximos 3 años.
¿Cuál es la impronta que debería tener la Facultad?
Hoy somos el referente de toda la zona norte de Chile, no hay una Facultad tan grande como la nuestra, desde Valparaíso hasta Arica. Y como tal, tenemos un tremendo compromiso social con la región. Por ejemplo, hoy tenemos una deuda para la región de Coquimbo de 124 especialistas y la dirección del Servicio de Salud Coquimbo y la Secretaria Regional Ministerial de Salud de Coquimbo nos pusieron una meta interesante y ambiciosa: dentro de los próximos años, tenemos que formar 100 especialistas. Es un desafío gigante y un salto cualitativo que nos va a poner en una posición extremadamente interesante, ya que hay pocas universidades en Chile que han enfrentado un desafío tan grande como el que nos ha planteado el gobierno de Chile a través de su Ministerio de Salud.
En ese sentido, ¿el rol de la Facultad de Medicina tiene que ir más allá de lo formativo y convertirse también en un rol social?
Definitivamente, sí. ¿Y por qué lo señalo con tanta contundencia? Porque tenemos un compromiso social a través de la formación de los futuros profesionales de la salud y, en ese sentido, tenemos que pensar en las necesidades de nuestra zona y en crear nuevas carreras de Pregrado, porque al constituir más campos para la formación de profesionales estamos generando oportunidades para los estudiantes de Educación Media que buscan una Universidad donde hacer ese salto cualitativo, que es la mejor manera de progresión social. En ese sentido, tenemos grandes desafíos, como el aseguramiento de la calidad en la formación de nuestros profesionales o disminuir los índices de deserción. Queremos que la formación profesional sea de la mayor calidad posible y, simultáneamente, que la mayor cantidad de jóvenes pueda llegar a la Universidad, eso nos parece absolutamente necesario e indispensable. Por ello, tenemos que considerar que cada vez que firmamos un certificado en que un estudiante egresa de nuestra Facultad, lo que estamos haciendo es certificar que tiene competencias para poder desempeñarse en el mundo profesional, de la mejor manera posible. Y los hechos nos han demostrado que eso es así. Nuestros estudiantes que egresan como nutricionistas, como médicos, kinesiólogos y qué decir de nuestras enfermeras, tienen ganado un prestigio de formación de primer nivel, y eso debemos mantenerlo y mejorarlo. ¿Y cómo se hace? Se hace cuidando extremadamente la calidad de la formación y en eso hemos sido pioneros. Un ejemplo de ello es la Oficina de Educación Médica, cuyo objetivo principal es velar por la calidad de la formación de nuestros estudiantes; así es que grandes cosas se han hecho, pero también tenemos grandes desafíos que enfrentar y alcanzar.
¿Cuáles son los desafíos que representa su gestión?
En el ámbito social se da por establecido que somos los referentes en Salud en el norte de Chile; no en vano el Ministerio nos llamó a nosotros para formar especialistas en los próximos 5 años, porque tenemos las posibilidades de hacerlo y todo el esfuerzo que hagamos desde el punto de vista del trabajo, esfuerzo financiero, educativo, tiene que estar orientado ahí. Segundo, esta Oficina de Educación Médica, a la cual he hecho mención, ya se ha convertido en un referente en el Norte de Chile y su trabajo hoy es extraordinariamente bien recibido por las otras Oficinas de Educación Médica de las 26 Facultades de Medicina que existen a lo largo de todo el país. O sea, hay una aceptación de que el trabajo que hemos hecho tiene un desenlace satisfactorio: creamos buenos profesionales, estamos creciendo, debemos seguir creciendo y debemos cumplir con cada una de nuestras demandas sociales que el medio nos exige, como contar con un centro de salud, exige tener mejores profesionales. El 80 % de los profesionales egresados de la Facultad de Medicina trabajan en la Salud Pública de la región de Coquimbo ¿Y cómo cuidamos este aporte? Mejorando nuestros procesos, la calidad de la Educación, o si no, no tendríamos la gran cantidad de programas que implementamos para asegurar que a nuestros estudiantes les vaya bien desde primero hasta último año: los talleres, refuerzos, programas de acompañamiento, y eso ha dado buenos resultados. Hoy tenemos menos deserción; de hecho, nuestras tasas son las más bajas de toda la Universidad, y eso refleja que a nuestros estudiantes los cuidamos dentro de la Facultad para que cuando egresen, tanto ellos como sus familias se sientan orgullosos de tener un título profesional en la mano.
¿Cómo visualiza el futuro de la Facultad de Medicina UCN?
Tengo la ilusión de verla crecer también en aspectos tan objetivos como la infraestructura: nos faltan salas de clases, nos faltan auditorios, nos faltan sitios donde hacer simulación, nos falta un centro de diagnóstico y tratamiento que sea de la Universidad, que diga con un gran letrero: Centro de Diagnóstico y Tratamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte, pero eso no está a 50 años, sino en un plazo bastante más próximo, porque es parte de este compromiso social. Por eso tenemos que crecer también en nuestra oferta académica, por ejemplo con 2 o 3 doctorados, y seguir progresando en términos de intercambio internacional de estudiantes y generar más investigación. Hay mucho trabajo avanzado y, por lo tanto, no tiene que pasar mucho tiempo, de manera que en el próximo quinquenio deberían estar ya establecidos muchos de estos puntos. Es que lo miro todo con optimismo, puede que sea un entusiasta optimista -pero no patológico- así es que aquellas cosas que se puedan convertir en realidad tenemos la certeza de que vamos a poner el mejor de los esfuerzos para que así sea.
¿Cuál es la invitación que le hace a la Comunidad FAMED-UCN?
Las grandes instituciones y empresas se han conseguido aunando esfuerzos, lo cual se ha repetido en la Historia una y otra vez. Por ello, el progreso de la Facultad está centrado en 3 pilares: su cuerpo académico, sus estudiantes y el personal de apoyo a la Academia. Así es que todos debemos trabajar con convicción, poniendo nuestro esfuerzo con entusiasmo y teniendo todos un solo rumbo: ser una Facultad líder; los estudiantes a lo suyo, que es obtener las competencias para ser profesionales; los académicos, a lo suyo, que es educar e investigar, llevando las fronteras del conocimiento un paso más allá; contando también con el personal de apoyo a la Academia, Y en ello, no tengo ninguna duda, porque si hoy somos una Facultad grande, mañana vamos a ser una Facultad muchísimo más fuerte y, sobre todo, un referente a nivel nacional.
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