Internos de Nutrición y Dietética dieron a conocer resultados del primer ciclo de prácticas profesionales
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Dificultades, logros y pormenores de la primera experiencia en campos clínicos fue parte del relato que presentaron los internos de la carrera de Nutrición y Dietética en una jornada que fue parte de la evaluación final del primer ciclo de internado comunitario urbano y rural.
“La idea es poder ver los avances, cómo los estudiantes van creciendo tanto en la parte técnica como actitudinal y finalmente otorgar una calificación al internado a través de esta presentación que están realizando”, explicó la docente Mariana Araya.
Para Laura Núñez – quien realizó su internado en el Cesfam Pedro Aguirre Cerda- la experiencia no solo representó un primer acercamiento con el mundo profesional, sino un cambio de visión: “Cuando entré al internado no me gustaba mucho la atención primaria y ahora que ya han pasado 8 semanas me encanta porque uno aprende muchas cosas en el aula, pero no es lo mismo ponerlo en práctica. Al estar dentro de un equipo de salud, trabajar con diferentes actores ha sido muy gratificante, ya que entré al Cesfam siendo muy tímida y al final sentí que me podía incorporar mucho más. Fue un muy buen acercamiento a la futura labor profesional”.
Una experiencia diametralmente distinta se vivió en el primer ciclo de internado rural integrado, una instancia que a partir de este año busca llevar a cabo un trabajo multidisciplinario, desde los aportes y perspectivas de las 4 carreras.
“Es otra realidad la que uno ve, sobre todo, en el ámbito rural. El rango etario y la cultura son totalmente diferente a lo que se puede ver en la ciudad y uno tiene que acostumbrarse a ello. Además, estos dos meses fueron muy positivos porque al trabajar con otros internos, también hay que acostumbrarse a otras personalidades y a otras profesiones. En ese sentido, el trabajo en equipo permite que uno se afiate demasiado” expresó Nicole Torres, quien realizó su internado profesional en el Centro de Salud de Punitaqui.
Evaluación
“Se ha cumplido totalmente el objetivo que es la promoción y la prevención en salud, con las actividades que hacen en la comunidad y con las actividades interconsultorios. Hemos trabajado en prevención primaria, secundaria y terciaria; y con los trabajos en familia estamos cumpliendo totalmente con el Modelo de Atención Integral en Salud, MAIS, en el cual se ve al paciente no como un caso clínico sino como una persona inserta en un entorno y con problemas que son biopsicosociales y, por lo tanto, la salud debe ser integral en su atención”, explicó Mariana Araya.
Otro de los aspectos importantes que debieron desarrollar las futuras nutricionistas durante las 8 semanas de su primera práctica profesionales fue el vínculo con la comunidad.
En ese sentido, las internos dieron a conocer 18 intervenciones que llevaron a cabo a través de medios de comunicación regionales con el objetivo de promover hábitos saludables en temáticas de relevancia para la población como, por ejemplo, la prevención de problemas cardiovasculares, la alimentación saludable en vacaciones, edulcorantes y nutrición en el embarazo.
Hasta el momento, el desempeño de las internos de la carrera ha sido bien evaluado por el equipo docente, especialmente por la progreso que han evidenciado durante el primer ciclo y que esperan siga siendo una muestra del profesionalismo y de los valores que distinguen a los profesionales de la salud egresados de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte.
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