Semana mundial de la inmunización 2025: La vacunación para todos es humanamente posible

Autora: Dra. Francisca Prado Lonza, Residente Programa Medicina Familiar UCN

La Semana Mundial de la Inmunización es una oportunidad para recordar que las vacunas salvan vidas. El objetivo de esta conmemoración es generar conciencia en toda la comunidad sobre la importancia de la vacunación como una herramienta clave de salud pública.

Este llamado no es solo para padres y madres con hijos pequeños, sino también para adolescentes, adultos, personas mayores y toda la sociedad en su conjunto.

Las vacunas son uno de los mayores logros científicos y médicos de la humanidad. Gracias a ellas, enfermedades que alguna vez fueron mortales o altamente incapacitantes han sido reducidas de forma significativa o incluso erradicadas. Son responsables de salvar millones de vidas cada año y representan una inversión vital para construir un futuro más sano y equitativo para todos.

Un potente ejemplo es la erradicación de la poliomielitis en nuestro país, lograda hace ya 47 años. Esta enfermedad viral, que puede afectar el sistema nervioso central y causar parálisis irreversible, fue eliminada gracias al compromiso colectivo y una intensa campaña de inmunización. Este hito nos posicionó como el tercer país del mundo en lograrlo, y demuestra que cuando una sociedad se une por la salud, los resultados son extraordinarios.

Pero la importancia de las vacunas no se limita a la infancia. A lo largo de toda la vida, las personas se enfrentan a riesgos de enfermedades infecciosas que pueden prevenirse mediante inmunización: influenza, tétanos, hepatitis, neumonía, COVID-19, papilomavirus humano, entre muchas otras, por eso, es fundamental mantener el calendario de vacunación actualizado en todas las etapas de la vida y ser participe de las campañas de inmunización.

Las vacunas funcionan enseñando al sistema inmunológico a reconocer y defenderse contra microorganismos específicos (virus o bacterias). Esta “memoria inmunológica” permite una respuesta rápida y eficaz si el cuerpo se encuentra con el patógeno en el futuro. Además de la protección individual, la vacunación ofrece un beneficio colectivo: cuando un grupo suficientemente grande de personas está inmunizado, se detiene la transmisión de enfermedades, protegiendo incluso a quienes no pueden vacunarse por razones médicas.

Sin embargo, los logros obtenidos no están garantizados para siempre. La desinformación, los mitos sin fundamento y la desconfianza en la ciencia han generado dudas en algunas personas, afectando las tasas de vacunación y exponiendo a las comunidades a brotes de enfermedades que ya se consideraban controladas. En este contexto, el desafío no es solo mantener coberturas adecuadas, sino también fomentar un diálogo abierto, informado y empático.

Es importante que todas las personas, sin importar su edad, origen, nivel educativo o sistema de salud, tengan acceso a información clara, basada en evidencia científica, sobre las vacunas que les corresponden. Esto incluye conocer sus beneficios, riesgos, efectos secundarios y qué hacer ante una reacción adversa. Solo así podremos tomar decisiones informadas, proteger nuestra salud y contribuir al bienestar colectivo.

Las vacunas son una expresión concreta de solidaridad: cuando te vacunas, no solo te cuidas tú, también cuidas a los demás. La vacunación universal no solo es posible, es una meta alcanzable cuando trabajamos unidos. Porque proteger la salud de una comunidad es una responsabilidad compartida y un acto profundamente humano.