Kinesiólogas y kinesiólogos en formación se comprometen con sus prácticas clínicas y la salud de la comunidad

Un paso clave y simbólico hacia el futuro. Así puede describirse la ceremonia de investidura realizada el pasado 8 de enero, en la que participaron 27 estudiantes de la carrera de Kinesiología de la Universidad Católica del Norte.

Acompañados de familiares, docentes y seres queridos, los futuros kinesiólogos y kinesiólogas vivieron este hito que marca el comienzo de un viaje transformador, el inicio de sus prácticas clínicas, un desafío que los llevará a aplicar todo su conocimiento con empatía, dedicación y vocación de servicio.

“Este paso no solo representa un logro personal, sino también una oportunidad invaluable para aplicar y consolidar los conocimientos adquiridos a lo largo de estos años de arduo trabajo. Se encuentran en la antesala de convertirse en profesionales de la Kinesiología, y este período de actividades prácticas les brindará la oportunidad de poner a prueba sus habilidades, enfrentarse a desafíos reales y crecer tanto a nivel profesional como personal”, detalló René Bustamante de la Fuente, Jefe de la Carrera de Kinesiología.

En tanto, el sacerdote Ariel Robledo Díaz bendijo a las y los estudiantes, destacando la relevancia de su futura labor al servicio de la salud y el bienestar de las personas.

Asimismo, durante la jornada se otorgaron distinciones a las estudiantes más destacadas de la generación: Catalina Gálvez Arancibia, por su desempeño académico y Javiera Vargas Torres, reconocida como mejor compañera.

SALUD y MOVIMIENTO

Consolidando la transición desde el aprendizaje teórico hacia la aplicación profesional, las y los futuros kinesiólogos asumieron el compromiso de entregar salud a la comunidad a través del movimiento, dedicación y aprendizaje continuo.

Un momento significativo, especialmente para Bárbara Álvarez Cortés quien relató: “Soy la primera de mi familia en venir a la universidad. Mi formación significó un sacrificio bien grande para mí y para mi familia. Pero es un momento muy grato como que se vea reflejado todo el esfuerzo realizado durante estos cuatro años. Estoy segura de que mi generación sí va a estar conmigo y así como yo con ellos”.

Un hito para la formación, según expresó Roberto Francisco García Mendoza, para quién la ceremonia de investidura es “la culminación de todo el esfuerzo a lo largo de estos cuatro años, un progreso constante, de aprender a tratar con los pacientes, de educarnos con el fin y con el neto objetivo de ser una ayuda para la comunidad, que al final eso es lo que todos esperamos como kinesiólogos. Sabemos que será un proceso complicado que va a suponer un reto, pero también sabemos que será un proceso de mucho aprendizaje”.

Los internados de Kinesiología comenzaron el 13 de enero y representan un desafío fundamental para consolidar sus competencias profesionales. Un proceso significativo en el que no solo demuestra el esfuerzo y dedicación de las y los estudiantes, sino también su compromiso con la vocación de servicio que guiará su futuro en el ámbito de la salud.